Barrilete cósmico

miércoles, marzo 29, 2006

Mi voluntad

Pienso y explico, actúo y ejecuto según mi deseo personal de acción.

Cada vez que me muestro ante un hecho pretendo tener conciencia de lo que estoy viviendo, pero es imposible si quiero saber algo más que lo terrenal y concreto.

Quiero saber qué me produce felicidad. Quiero tener mis estímulos abiertos como para comprender las acciones momentáneas que se me presentan, sin necesidad de derrochar energías en circunstancias banales. Esas que nos agotan mentalmente y nos obligan a saber más.

Más de todo. Más de lo que no tengo y quiero. Más de lo que no sé y me estimula. Más de lo que me provoca excitación. De eso, sí, más.

Me planteo y replanteo la idea de que estoy atrasado siempre con lo que hago. Nada más falso. Voy al ritmo de la vida y el descubrimiento y la indagación personal me lo permiten. Ni lento ni rápido, como es.

¿Por qué todas las chicas de este bar tienen linda cola? Debe ser una condición de ingreso. Feas colas, abstenerse.

La MALA CONCIENCIA, esa que siempre nos limita nos encontremos en el punto en que estemos de nuestro desarrollo. Imponernos verdades que nos llevan a retrazar el crecimiento buscado. Esas que después recién podemos ver que no era más que un fantasma con el que luchábamos y gastábamos energías preciadas.

Cuanto más se crece, más de lado se deja esta mala conciencia para dar paso al deseo irrefrenable de cumplir lo que uno se propone. Se puede. Es un paso más entre tantos...

Y cambiar de birome fue otro.
Puedo hacer y escribir lo que quiera, es una responsabilidad gigante a la larga. Y a la corta me brinda una tranquilidad bárbara. Bárbara en el sentido del descontrol y que hago literalmente lo que se me canta.

Aprendiendo a calmar el placer, a postergarlo, podré tener otro disfrute de la propia vida, un plano más espiritual para dar cabida a los imprevistos y las obligaciones. No son malas.