De creativos y utopías

"Martín era una persona muy creativa. Siempre se le ocurrían ideas o pensamientos extraños, era un ser muy deseoso de poder. Ambicionaba poder, creía que podía lograr todo, lo que pasara por su cabeza iba a terminar sucediendo, no había otra opción. Nada de creer en las utopías. Cosa que uno piensa, cosa que se ejecuta.
A su vez es medio contradictorio, porque su fuente motora, lo que lo hacía levantarse todas las mañanas, por lo que se desvivía era por esa loca idea de perpetuarse en el tiempo. Sí, se quejaba de los soñadores pero él era el principal volador.
Bueno, él justificaba ese “error conceptual” diciendo que hacía algo para concretarlo. Él no soñaba con vivir en una misma hora siempre, él estaba haciendo lo imposible por lograrlo. Con ese pretexto todos los que viven de la utopía pueden argumentar lo mismo, no creo que alguno pueda decir que no hace nada por alcanzar el objetivo. Justamente, es el deseo motor, todo lo que hace es con esa finalidad. Así que Martín era un soñador, y punto. Lo quiera aceptar o no. Creativo lo llaman otros, está bien, ok, un creativo bárbaro".
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