Lo puro y sano

Domingo, en el Temazcal, antes de entrar. El ritual ya empezó. Un grado de control no me deja disfrutar todo. Y eso es lo que hay que saber vencer.

Salido. Luz. Visión. La capacidad de discernir llegó a mi. Una sensación extraña, ajena a la poca paz que suele abundarme.
Y noto que la escritura es definitivamente mi camino.

Estoy cerca de lo que quiero estar rodeado, y ya naturalmente repelo lo conflictivo.
Fuerza para ayudar a la gente con dolor, pero no por eso entrar y sentir ese pesar.
Visión para dar a luz seres nuevos que nos permitan comunicar lo que venimos a buscar a este mundo.

La única oportunidad es aquí y ahora. La chance de asimilar el conocimiento está presente, y nada ni nadie nos pueden sacar el eje. COMPARTIR sin perder la visión de lo que nos hace bien.
El bien y el mal vienen todo junto en la misma bolsa, y saber que convivimos con ambos es esencial para percibir el mundo tal cual es. Así, como viene dado. No somos tan potentes como para revertir eso que nos obliga a seguir un solo sendero.

A la larga elegimos lo aconsejable. Sólo fuerza para hacerlo saber se necesita.

24 hs.
Si todo fuera tan claro y simplificado como lo veo ahora, siempre, todos los dilemas naturales estarían resueltos.
No hay mucho por preocuparse, más bien por recorrer senderos que nos marquen el camino de lo conveniente. Es navegar en una ola, que por lo ya hecho, en mi caso es segura y no más problemática. Más bien vitalizante y rebozante de energías duraderas. Ajú! Oh, meteotl…